lunes, 18 de julio de 2011

El Argentinazo

A pesar de que Messi la rompió y Argentina mejoró con su actuación con respecto a la primera fase, predominó la garra charrúa en el Estadio Brigadier López de Santa Fe. Forlán y Suarez jugaron un partidazo y, ni que hablar de Muslera, que tapó el penal decisivo a Tévez.

Argentina tuvo jugadores de peso, pero que recien se empezaron a entender el lunes 11 de julio en el encuentro frente a Costa Rica. Uruguay hace dos años que forjó un equipo y, en esa unión, descansa su mística.

Tal como ocurrió en la Copa América de 1987 La Celeste eliminó a su país vecino, anfitrión de la competición. En aquella oportunidad el verdugo había sido Antonio Alzamendi, que decretó el 1 a 0.

Una vez más, Uruguay llega a las semifinales, en las que se encontrará con Perú en el Estadio Ciudad de La Plata.

A futuro, el equipo del maestro Tabárez palpita la copa número 15, que lo convierta en el máximo ganador de la historia de la competición.

lunes, 7 de febrero de 2011

La doble cavadinha del Loco Abreu



El 6 de febrero de 2011 ocurrió un hecho inaudito en el fútbol brasilero y mundial. El Loco Sebastián Abreu realizó una sutileza inedita.

El Botafogo perdía por 2 a 1 frente a Fluminense. Pero a los 6 minutos del segundo tiempo un penal en favor de Botafogo ponía en los pies de Abreu la posibilidad del empate. Como tantas otras veces Abreu intentó picar el remate engañando al arquero pero, esta vez, Diego Cavalieri se quedó parado bajó los tres palos y contuvo el débil remate.

Lo asombroso ocurrió a los 9 minutos cuando el árbitro concedio nuevamente la pena máxima en favor de Botafogo. Era la revancha para el delantero uruguayo, que no podía arriesgarse a errar dos penales en un mismo partido, sobre todo cuando el equipo iba perdiendo. Sin embargo Abreu repitió la picada, que acomodó más cerca del palo izquierdo del arquero, y esta vez fue gol.

El partido se puso 2-2 y en todo Río de Janeiro se escuchó el grito de gol desaforado del Loco tras la obstinada hazaña. El 3-2 en favor de Botafogo fue el broche de oro para la la noche a la que Abreu le puso su sello.