lunes, 7 de febrero de 2011

La doble cavadinha del Loco Abreu



El 6 de febrero de 2011 ocurrió un hecho inaudito en el fútbol brasilero y mundial. El Loco Sebastián Abreu realizó una sutileza inedita.

El Botafogo perdía por 2 a 1 frente a Fluminense. Pero a los 6 minutos del segundo tiempo un penal en favor de Botafogo ponía en los pies de Abreu la posibilidad del empate. Como tantas otras veces Abreu intentó picar el remate engañando al arquero pero, esta vez, Diego Cavalieri se quedó parado bajó los tres palos y contuvo el débil remate.

Lo asombroso ocurrió a los 9 minutos cuando el árbitro concedio nuevamente la pena máxima en favor de Botafogo. Era la revancha para el delantero uruguayo, que no podía arriesgarse a errar dos penales en un mismo partido, sobre todo cuando el equipo iba perdiendo. Sin embargo Abreu repitió la picada, que acomodó más cerca del palo izquierdo del arquero, y esta vez fue gol.

El partido se puso 2-2 y en todo Río de Janeiro se escuchó el grito de gol desaforado del Loco tras la obstinada hazaña. El 3-2 en favor de Botafogo fue el broche de oro para la la noche a la que Abreu le puso su sello.