Al minuto 86 Suárez recibió un hachazo cerca del corner rival. El uruguayo se quejó enfáticamente con el juez de línea y recriminó la falta a su rival, que se encontraba en el suelo. Cuando se tranquilizó Suárez se dispuso a atarse los cordones. No obstante el marroquí Otman Bakkal se acercó a la posición del 16 del Ajax para pisarle el botín desafiantemente. Suárez entró en el juego como un purrete de 8 años.
Faltaba sólo un minuto de juego, cuando el sueco Rasmus Lindgren de Ajax le aplicó un duro correctivo a Ibrahim Afellay. Los jugadores de PSV se agolparon para increpar a Lindgren y enseguida el árbitro del partido le mostró la tarjeta roja. El blondo jugador del Ajax se retiró fastidioso del campo de juego.
Mientras Lindgren se alejaba, en medio del campo se generó una revuelta en la que participaron jugadores de ambos equipos. Luis Suárez apareció en escena enardecido agitando los brazos. En ese momento el delantero charrúa hizo lo inesperado. Cual Bela Lugosi le propinó a Otman Bakkal un mordiscón cerca de la clavícula, que le dejó toda la zona colorada.
Bakkal Incrédulo dejó escapar una tímida mueca de felicidad. Mientras se reía, por vergüenza ajena o por haber logrado su cometido de sacar a Suárez del partido, el marroquí se estiraba el cuello de la camiseta para dejar ver la feroz marca mordisco.
Después del partido Suárez pidió disculpas pero recordó “Que la gente no se olvide que él me provocó al pisarme siete veces”, además el equipo lo sancionó con dos partidos de suspensión y una multa económica.
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