El blondo delantero de la selección uruguaya y Atlético Madrid Diego Forlán, hoy es una figura internacional y uno de los goleadores más importantes del mundo. En Sudáfrica 2010 fue mejor jugador y goleador moral del Mundial.
El delantero uruguayo, que porta su cabellera rubia cual Goku super saiyajin, le pega con las dos piernas a la perfección, convierte de tiro libre, patea los corners, habilita a sus compañeros y hace jugar a todo el equipo equipo, una bestia.
Pero la motivación de Diego no fue dada únicamente por el amor a la pelota, de hecho de pibe, Forlán quería ser tenista. Lo que motivo a Forlán a convertirse en futbolista fue una necesidad urgente.
Muchos jugadores logran un alto rendimiento deportivo por el hecho de ser muy perfeccionistas en lo que hacen. Los obsesivos, frecuentemente, llegan a tener un techo mucho más alto que los que se limitan a cumplir o, únicamente, a divertirse.
La obsesión de Forlán pasó por otro lado. Por ver saludable su hermana Alejandra.
Cuando Diego tenía 12 años, su hermana Alejandra tuvo un accidente de transito. En una noche de lluvia, con su novio Gonzalo en el volante, chocó con una palmera en la rambla de Punta Gorda. Cuando Alejandra se recuperó del impacto, vio a su novio muerto, con un hilo de sangre que le pendía de la oreja. Alejandra sobrevivió, pero necesitó un transplante de médula ósea y no pudo volver a caminar.
Hasta el momento, Diego tomaba el Fútbol como un simple pasatiempo. Su madre no quería que fuera futbolista y por eso él no jugaba, a pesar de haber quedado en una prueba de Peñarol.
Sin embargo el accidente de Alejandra cambio todo.Para costear la rehabilitación de su hermana Diego decidió dedicarse 100% al Fútbol, por el inmediato rédito económico que significaba.
El motor de Forlán fue ver a su hermana recuperada. Hoy Alejandra realiza campañas para concientizar a los jóvenes de los riesgos automovilísticos, poniendo su caso como ejemplo. Diego es el impredecible héroe del Fútbol charrúa y pisa fuerte en todo el planeta.
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