domingo, 12 de septiembre de 2010

Un charrúa en el tano

En una tarde gris Claudio Sebatián Flores realiza los movimientos precompetitivos debajo de los tres palos del Sportivo Italiano, que recibe a Barracas Central. El arquero mueve los brazos en círculos, mientras trota el área de punta a punta.

El arquero, que supo conseguir cuatro títulos con Peñarol e integró el plantel del Lanús campeón del 2007, defiende el arco de un club de la Primera B Metropolitana argentina, detrás del cual, no hay tribunas cabeceras. A espaldas del portero uruguayo hay canchas de entrenamiento inundadas, con suficiente agua para que varios pájaros chapoteen en ellas.

A la izquierda del arco donde está posicionado Flores, se encuentra la tribuna local. Desde las gradas, bajan los gritos de aliento para el guardameta, no así, para sus compañeros. En el estadio no hay hinchas visitantes, por una disposición de seguridad del Coprosede que afecta a todas las categorias del ascenso argentino.

El partido se presenta sencillo para los llamados Azzurri, que son dirigidos por Horacio Bongiovanni. Flores tapa un disparo difícil de media distancia con el cuerpo detrás de las manos y sin dar rebote. La hinchada aplaude al arquero uruguayo.

 El conjunto dirigido por Bongiovanni se pone en ventaja gracias a un cabezazo de Maxi "El Chueco" Blanco.
 Finaliza el primer tiempo. Flores se dirige al vestuario, junto con sus compañeros. A pesar de la victoria parcial el portero mantiene el ceño fruncido y un gesto adusto.

El Sportivo Italiano retorna al campo de juego para disputar la segunda etapa.Ya es de noche y las luces del estadio República de Italia están encendidas. El arquero uruguayo se aproxima al arco contrario al que ocupó en la primera parte.

Con el correr de los primeros minutos los Azzurri comienzan a replegarse, en pos de cuidar la ventaja. Los simpatizantes reprueban  el planteo mezquino del equipo. La hinchada agrede al técnico Bongiovanni y a los jugadores de campo.  Los insultos, sin embargo, no salpican a Claudio Flores.

 Barracas Central ejecuta un tiro libre desde la izquierda. Claudio Flores espera agazapado el envió al área. El centro cae en la cabeza de Luis Avalo, que cabecea a quemarropa. Flores no llega a parar el cabezazo, que se tranforma en el empate de Barracas.

 El partido termina igualado.Un poco menos de mil hinchas se retiran en silencio del modesto estadio ubicado en Ezeiza. Mientras se dirige a la salida, un nene le menciona a su padre:"La culpa es de Flores que no sale en los centros".

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