domingo, 26 de septiembre de 2010

Leyendas charrúas: Hoy Obdulio Varela

Esta sección hace un racconto de los héroes de la celeste, y detalla las proezas que los convirtieron en inmortales. 


Obdulio Varela fue el principal gestor de una de las hazañas más grandes en la historia del fútbol de todos los tiempos.

Era conocido como El Negro Jefe. Fue número cinco y capitán de la celeste durante los Mundiales Brasil 1950, donde fue campeón, y Suiza 1954, donde finalizó cuarto. Además participó de la selección que consiguió el sudamericano 1942. Era más que un capitán. Era un inflador anímico ilimitado.

Principalmente lo que lo elevó a la categoría de leyenda fue su actuación en la final del Mundial Brasil 1950. El campeón se decidió en un cuadrangular final. En el último encuentro debían enfrentarse Brasil, que llegaba con seis puntos, y Uruguay, que tenía cuatro. Con un empate los locales serían campeones, por lo que parecía imposible un triunfo charrúa, sobre todo por la supremacía futbolística que venía demostrando el seleccionado verdeamarelho en la Copa.

Un dirigente uruguayo deslizó en el vestuario a sus jugadores: “perdiendo por 4 a 0 estamos hechos”. Obdulio indignado respondió: “hechos un carajo, hechos solo si ganamos”.

El acontecimiento que cambió el partido ocurrió después de que el brasileño Friaca señaló el gol para los cariocas. Obdulio Varela se encargó de enfriar el partido. Fue lentamente a buscar la pelota y antes de sacar del medio se puso a discutir un inexistente off-side con el juez de línea. Al ver esta conducta, el árbitro amenazó con expulsarlo, pero el capitán simuló no entenderlo y pidió un traductor. La discusión se alargo. Pasaron diez minutos hasta que finalmente se reinició el juego.

Por si sola, esta forma de proceder no parece muy meritoria y hasta suena infantil. Sin embargo, lo que ocurrió mientras Varela realizaba su pantomima, fue que los jugadores cariocas se fueron enfriando y el público brasilero dejó de aplaudir a Friaça para ver las mímicas Varela. El miedo, que hasta ese momento había tenido Uruguay, se traspaso a Brasil. “Lo que hice fue demorar la reanudación del juego, nada más. Esos tigres nos comían si les servíamos el bocado muy rápido”, explicó más tarde el mítico número cinco.

Antes de sacar del medio, Varela con sus palabras provocó un aluvión de confianza en sus compañeros: "Ahora si, vamos a ganar este partido”. La selección charrúa salió motivadísima a presionar al rival y dio vuelta el tanteador con goles de Juan Alberto Schiaffino y Alcides Ghiggia, ante la atónita mirada de todo el maracaná.

Cuando el partido terminó la tristeza se apoderó de miles de almas brasileras. El maracaná se transformó en una imagen lúgubre del Expresionismo alemán. Después del partido Obdulio declararía: "No me gustó ver a aquellas 200.000 personas tristes, no me gustó ver a Río a oscuras y sin carnaval". 

La histórica actuación de Obdulio Varela le dio su segunda Copa a Uruguay.Hoy, 60 años más tarde, millones de uruguayos recuerdan orgullosos el día en que la celeste dio la vuelta en el Maracaná, y se tiñeron de gris las calles de Brasil.

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